COMENTARIO A TIEMPO
Por Teodoro Rentería Arróyave *
A la maestra Rosalía Buaún Sánchez, presidenta de la Asociación Nacional de Locutores de México, ANLM, en reconocimiento a sus luchas gremiales.
Rosalía Buaún
El Día del Locutor, cada 14 de septiembre, de ninguna manera es una celebración más, es una fiesta nacional instituida por el presidente, Adolfo López Mateos, quien también en sus años mozos fue hombre del micrófono.
Por ello, su nombre está impreso para siempre en la placas de bronce del Monumento a la Libertad de Prensa y Expresión que se yergue en la Ciudad de Cuernavaca, impulsado por el profesor y licenciado Pablo Rubén Villalobos Hernández y a cargo de la Asociación de Periodistas y Comunicadores del Estado de Morelos, APECOMOR.
Pablo Rubén Villalobos Hernández
En efecto, ese mausoleo recuerda a los comunicadores, entre ellos a los que han sido difusores de sus voces primero por la ondas hertzianas luego por el rayo de la frecuencia modulada, FM, que incluye la televisión y ahora en las modernas redes sociales.
Fue en la década de los sesentas cuando el entonces presidente Adolfo López Mateos designó el día oficialmente como festividad nacional, y así se publicó en el Diario Oficial de la Federación.
Presidente Adolfo López Mateos
Ahora se preguntaran, respetados lectores y radioescuchas, por qué el desorden en el micrófono, porque por una petición de un grupo de radiodifusores al entonces presidente de Carlos Salinas de Gortari se suprimió el examen de locución.
Requisito promovido por el más grande comunicador de la historia en México, el licenciado Álvaro Gálvez y Fuentes, más conocido como “El Bachiller”, también recordado en el Monumento de referencia, cuando fue nombrado por el secretario de Educación Pública, maestro Agustín Yáñez Delgadillo, director primigenio de la Dirección General de Educación Audiovisual, en la cual fundó la Telesecundaria, antecedente histórico por antonomasia de las clases que ahora a nivel nacional se imparten en todo el país por la pandemia que nos flagela.
Bachiller Álvaro Gálvez y Fuentes
La situación quedó en manos de los concesionarios y de directivos con una simple carta de responsabilidad; la secretaría del ramo expedía el Certificado de Aptitud de Locución. En años recientes de plano y para no tener mayores problemas se suprimió el requisito de contar con ese imprescindible certificado.
El resultado de estas decisiones absurdas es la anarquía prevaleciente en los medios masivos de comunicación, cualquier persona sin el menor conocimiento puede considerase “locutora o locutor”; ese es el desorden que prevalece en el micrófono.
Lo más valioso: los propios profesionales seguimos luchando ante las autoridades para que sea requisito indispensable presentar examen de locución, es una demanda en beneficio de la sociedad toda, que ahora es víctima de las verborreas insulsas, grotescas y hasta lerdas de los que han asaltado las cabinas de radio y televisión.
*Periodista y escritor; Presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; Secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; Presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodoro@libertas.com.mx, teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org, el portal www.libertas.mx e IRRADIA NOTICIAS.
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