miércoles, 1 de enero de 2014

AXOS 1, periódico cultural



Guadalajara, Jal., ene. 01 de 2014   -   No.  153

Axios = digno, valioso, justo      
AXIOS 1
PERIÓDICO CULTURAL  IMPRESO Y EN LÍNEA,  PUBLICADO CADA 15 DÍAS Y EDICIONES ESPECIALES  POR   EDITORIAL  PETRUS,   PARA SERVIR A JALISCO, A MÉXICO Y AL MUNDO, CON NOTICIAS,  INFORMACIÓN,  CRÍTICA, ANÁLISIS Y REFLEXIONES  SOBRE  FILOSOFÍA,  HISTORIA, CULTURA, LITERATURA, ARTE,  TURISMO, SOCIEDAD, ECONOMÍA Y  POLÍTICA.

EL DOMINGO 19 DE ENERO
SERÁ LA PROCESIÓN DEL SEÑOR DEL MONTE EN JOCOTEPEC, JALISCO
Por Jesús PEREZ LOZA

               JOCOTEPEC, JALISCO, 1 de enero de 2014.- El domingo 19, de este mismo mes de enero, se efectuará en esta cabecera municipal la procesión de la venerada y milagrosa imagen del Señor del Monte, protector de los fieles jocotepenses desde el Siglo XIX. 
SEÑOR DEL MONTE

A partir de las 4 y media de la tarde, la procesión del Señor del Monte, recorrerá las principales calles de esta cabecera municipal, ubicada en el lado poniente del Lago de Chapala.

                De acuerdo con la historia, la fe y devoción a la imagen de Jesús Crucificado, se intensificó a partir del 8 de noviembre de 1833, cuando los nativos y habitantes de Jocotepec elevaron a escritura pública un voto juramentado al Señor del Monte, reconociéndolo como su especialísimo protector ante el furioso azote de la peste del llamado “COLERA MORBUS”, que causó grandes estragos y segó tantas vidas, que los pueblos de Jalisco parecían cementerios.

                El documento fue firmado por el Alcalde de Jocotepec, D. José Ornelas y en nombre de los fieles y vecinos lo suscribieron los señores: Francisco Valencia, Salvador Torres, Francisco Pamplona, José Rivera, Domingo Valencia, José María Patiño, Mariano Chacón, Bruno Gutiérrez, José María Hermosillo, José Secundino Corona, Feliciano Chavoya y Juan José Castillo, siendo testigos de Ley, Don Rafael Ochoa y Don Nicolás Palos.

                El Señor del Monte escuchó las súplicas de los jocotepenses y milagrosamente la peste desapareció. Por ello,  los fieles de Jocotepec, así como sus autoridades eclesiásticas y civiles, para agradecer la protección de su Santo Patrono en todas sus necesidades espirituales, materiales, públicas y privadas, se comprometieron a conmemorar cada año una Solemnísima Función en el Día del Dulce nombre de Jesús, que incluye novenario, triduo y la peregrinación.

                El juramento se renovó el 6 de diciembre de 1918, a propósito de la aparición y azote de la nueva peste, denominada “INFLUENZA ESPAÑOLA”, misma que desapareció instantáneamente en Jocotepec.

                Esa vez, el nuevo juramento lo recibió el párroco presbítero Don Justo T. Araiza y firmaron como representantes de los vecinos: Cándido Pérez Valencia, Donaciano Olmedo Cuevas, Hilario Aldana, Aureliano Gálvez, Faustino Rodríguez, J. Jesús Ramírez, Antonio Elvira, Mariano Lubián, José García Arechavala, Juan Sánchez, Rafael Rodríguez, Miguel Solís León, Antonio Ibarra O., Simón Navarro, Faustino Ibarra, Bernardo Cuevas, José O. Rivera, Vicente Mora, José Corona, José Torres, Juan Zenteno, Manuel Olmedo, Juan y José Ibarra, Eulogio Vergara y Guadalupe Ibarra, entre otros.

                En este 2014, el 6 de enero se realizará la entrada de la cera aportada por los gremios, así como la renovación del juramento que ya se hace cada año; así que ahora, estará a cargo del señor Cura Don Jesús Quiroz Romo y de las autoridades civiles. El 7 de enero, se iniciará el novenario, al que continuará el triduo, para culminar el domingo 19, con la procesión del Señor del Monte acompañado de la feligresía jocotepense y devotos procedentes del país y EE. UU.

RENOVACIÓN DEL JURAMENTO 
El 6 DE DICIEMBRE DE 1918

Signatarios de la renovación del juramento. De izquierda a derecha están: Francisco Pantoja, Eulogio Vergara García, Cándido Pérez Valencia, Hilario Aldana, Jesús Ramírez, José Torres, José García Arechavala, Simón Navarro, Antonio Elvira, Mariano Lubián, Feliciano Reyes, Miguel Mora, José Corona, Antonio Ibarra Ortiz, Juan Zenteno, Juan Vergara García, Pbro.  Pedro Sánchez, Pbro. Juan N. Morfín, Felipe Campos Cuevas, anónimo, Sr. Cura Eduardo Huerta, Fernando Olmedo Pérez, Macario Cuevas, Sr. Cura Justo T. Araiza, Mauro Mendoza, Pbro. J. Refugio Orozco, Aureliano Gálvez, Miguel Solís León, Rodolfo García Ibarra, José Ibarra Ortiz, Faustino Ibarra González, Manuel Olmedo Cuevas, Donaciano Olmedo Cuevas y Sebastián Olmedo.
NOSTALGIA
Por Teodoro Rentería Arróyave

A la querida vecina, Carmelita Sainz, al amigo y reconocido colega, José Antonio Calcáneo Collado, a la siempre amada prima, Eugenia Kanafany Rentería y a todos los demás familiares y amigos entrañables, que en este año que termina hoy, emprendieron el viaje al éter eterno.

 
JOSE ANTONIO CALCANEO COLLAD0
         MÉXICO, D. F., martes 31 de diciembre de 2013.- Nostalgia, dice el Diccionario de la Lengua Española, es la pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos, así mismo, tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida; en consecuencia el antídoto es la Meditación, el verbo meditar, es la acción de aplicar con profunda atención el pensamiento a la consideración de algo, o discurrir sobre los medios de conocerlo o conseguirlo. Por todo ello, hoy, en este día último del año, me permito regalarle amigo lector y radioescucha, el poema del numen de mi padre, doctor Fortino Rentería Meneses:

                “Hay momentos y hay anhelos/ que nos endulzan la vida, / como una virgen querida/ que nos llena de consuelo, / y que nos eleva al cielo/ con su deleite y amor; / y nos da luz y calor, / nos alienta y nos levanta; / con su clámide de santa…/ nos cubre y nos da valor. ¿Entonces por qué amargarnos / y lastimar nuestro ser?/ Si en este mundo hay placer, / no hay razón para quejarnos, / debemos con fe alentarnos/ y hacer a un lado el hastío; / no pensar en lo vacio / ni en triste desilusión; / tener fuerte el corazón, / siempre ardiente ¡nunca frio!

                No hay que pensar en la pena/ sino pensar en placeres; / cumplir con nuestros deberes / con nuestra mente serena; que no encontremos dilema / que resolver no podamos, / y que el camino que andamos / lo crucemos con firmeza; / con gusto, amor, y entereza / ¡gozando de lo que amamos!

                Yo en mis noches, cuando sueño, / y sueño algún ser querido/ de los seres que se han ido / (ya sea grande o sea pequeño), / para mi es feliz ensueño / sentirlos cerca de mí, / y verlos tal cual los vi, cuando junto a mí vivieron, / porque todos merecieron/ el amor que yo les di. Meditemos con fervor,/  con devoción y ternura,/ alejando la amargura/ y lo que cause pavor; / seamos cuan la blanca flor,/ que aún cortada da elegancia, / nos perfuma su fragancia, / y aún cortada, hace bella, / y brilla como una estrella…/ dándonos ¡fe y esperanza!”